Para conocer la gravedad de un problema social, regularmente se llevan acabo estudios de prevalencia de dicho fenómeno. En el caso particular de México según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, los jóvenes entre 15 y 25 años de edad que no ejercen ningún empleo y tampoco asisten a educación escolar son cerca de 7 millones.
Sin embargo estos datos y la concepción general del término Nini no parecen tener una solidez conceptual que sustente las declaraciones en torno a este sector de la población. Ejemplo de esto es que el término Nini tiene mayor peso en el plano mediático y en la opinión pública que en la investigación formal. Por un lado se intenta definir a estos jóvenes no por lo que hacen, sino por lo que no hacen, asumiendo que no hacen nada. Además de que prevalece la idea de que los ambientes laborales y escolares son las únicas vías por las que los individuos merecen ser reconocidos, bajo la premisa económica de ser productivos y deja la impresión de que se consideran recursos humanos desperdiciados sin tomar en cuanta las condiciones que llevan a estas personas a la situación de <<Nini>>.
La realidad que defiende mis declaraciones es que de esos 7 millones calculados, cerca del 78% son mujeres sobre quienes recae una carga doméstica para el funcionamiento del sus hogares. Esto significa que si bien no tienen un empleo y tampoco continúan sus estudios, sí tienen un papel de gran importancia en el contexto doméstico al que ninguna persona negaría el carácter de trabajo por la demanda que exige para quienes se encargan de llevarlo a cabo, sean hombres o mujeres.
A pesar de ello, es decir, filtrando los casos de jóvenes <<Ninis>> que verdaderamente mantienen esta condición de decidir no estudiar ni reportar estar buscando un trabajo, la cantidad no rebasa en millón de personas en el país. Lo que no lo hace menos importante pero sí hace sentido con respecto a las características que se han intentado asociar con la generación milenial, de jóvenes despreocupados por su futuro, consentidos, en búsqueda de satisfacer sus deseos.
En mi opinión el papel de los educadores (familiares, profesores y comunidad) es el de seducir a los nuevos integrantes de la sociedad hacia la búsqueda del crecimiento intelectual y el gusto por tener responsabilidades hacia uno mismo, ejerciendo prácticas educativas adecuadas, asertivas y democráticas.
Y algo muy importante es no conceder al trabajo y la escuela los únicos espacios en los que lo jóvenes pueden ser reconocidos y tener en cuenta para el abordaje del término <<Nini>> que entre 15 y 17 años tienen más relación con la deserción escolar que con la ocupación laboral remunerada.
Considero que tener en cuenta estos aspectos ayudarán más a dirigir esfuerzos a la ocupación del pro lugar de sólo ejercer juicios descalificadores y hacer un cambio efectivo en la educación de cualquier persona.
Por último les recomiendo este artículo
Prieto, R. N., & Parra, G. L. (2013). Los NiNis en Mexico: Una apromixacion critica a su medición. Revista Internacional de estadística y geografía, 4(1), 90-121. http://www.inegi.org.mx/RDE/RDE_08/RDE_08_Art6.html#
A veces los comentarios me suenan como "resiliencia" donde los sujetos son capaces de salir de las adversidades, pero siempre he pensado que habrá situaciones particulares en que no solo implique decir que es un "querer es poder", sino que hay factores que los lleven a ser así.
No es un tema de flojera o triunfo; es un tema que implica un análisis de los factores que en ésta influyen.
Muchas gracias por tu aportación y la recomendación del artículo, como se han dado cuenta a pesar de ser un problema social que pocos tal vez conocemos y el índice es un poco bajo si debemos crear conciencia de manera que podamos intervenir con nuestro granito de arena.
Por ejemplo quienes somos docentes podemos motivar a los padres de familia por medio de la escuela para padres a limar las asperezas que tengan con sus jóvenes y fortalecer sus vínculos familiares para prevenir la violencia en el hogar, incluso caer en las drogas y el alcohol.
Ustedes jóvenes acerquense a sus padres de familia y/o tutores, fijen de manera concreta sus objetivos y metas para que no se pierdan en el camino hacia ellos.
Creanme que pueden lograr lo que quieran siempre de la mejor manera con estudio, trabajo y constancia.